miércoles, 15 de febrero de 2017

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LOS DÍAS LÁBILES” DEL CLUB MARINA EN MADRID. LIBRERÍA GASTROBAR EL DINOSAURIO TODAVÍA ESTABA ALLÍ.


Hacía frío, llovía y la sensación era la de un día desapacible, lábil, escurridizo. Corríamos a la salida del metro para no llegar tarde a la cita, mientras nos preguntábamos cuánto tiempo hacía que nuestros pies no pisaban esas calles. Y recordamos que tiempo atrás, un poco más abajo, en la misma calle Ave María, estuvimos presentando el primer libro —en este caso individual— de otro autor catalán. A medida que nos acercábamos y nuestras gafas se iban llenando de las incómodas gotas de lluvia, también rememoramos aquella otra tarde, en la que Eugenio Asensio presentó su novela Tiza, lejos de allí, en otra librería de la capital. Recuerdos, todos, que no hacían sino obligarnos a transitar por las coordenadas de un tiempo que jugaba con nuestros recuerdos. Atravesar esa barrera, en este caso, era fácil, pues era rememorar buenos momentos, como buenos momentos fueron los que vivimos el pasado viernes en la librería El dinosaurio todavía estaba allí…, en la presentación del primer libro de relatos del Club Marina titulado, Los días lábiles, en el que sus nueve componentes aceptaron el reto de escribir un relato que transcurriera en el espacio temporal de 24 horas. Y Eugenio, Amanda, Jorge, Mercedes, Javier, Herminia, Mariela, Susana y Pedro así lo hicieron. Lo que años atrás comenzó siendo  un club de lectura, el paso del tiempo ha transformado en un club de escritores que ya tienen planeado sacar la segunda recopilación de relatos para el Sant Jordi del año 2018. Aunque todavía quede mucho para esa fecha, una de las cualidades que nos quedó clara en la presentación de este libro de relatos, es el dominio tan particular que sus componentes tienen del tiempo. Un dominio que podríamos tildar como de la otroredad del tiempo, pues otroredad es todo aquello que se ciñe al descubrimiento del otro, como otro, sin duda, es el concepto del espacio tiempo de estos nueve autores, que son tan distintos, que ponen sus trabajos en común para darles la última forma con la que acabarán impresos. Palabras tan poco comunes en la literatura española actual como: libertad, democracia, puesta en común, tormenta de ideas o crítica constructiva —no confundir con buenismo— se entrecruzan en la visión de este Club Marina, que nace con la necesidad de la expresión dual, plural y poliédrica que todo movimiento artístico al uso debe tener o atesorar.   

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Para seguir leyendo la reseña de Ángel Silvelo.